LA CALIGRAFÍA.



Por Titus Burckhardt

La escritura arábiga es, por definición, la más árabe de las artes plásticas del Islam. Pertenece pese a ello a la totalidad del mundo islámico, e incluso se considera como la más noble de las artes, pues da forma visible a la palabra revelada del Corán.
Príncipes y princesas se ejercitaron en la copia del Libro sagrado en hermosos caracteres. La caligrafía es asimismo el arte de más amplia extensión entre los musulmanes, ya que todo el que sepa escribir sabe apreciar los méritos de un buen calígrafo. Se puede afirmar sin temor a la exageración que nada ha plasmado mejor el sentido estético de los pueblos musulmanes que la escritura arábiga.
.

Es preciso estar familiarizado con sus formas y estilos para abarcar este arte en toda su amplitud y sobre todo en la ornamentación arquitectónica, frecuentemente dominada por la epigrafía. Se puede dar la medida de la caligrafía arábiga, tan asombrosamente rica en estilos y formas, diciendo que sabe cómo combinar el mayor rigor geométrico con el ritmo más melodioso.
Y al decir esto, al mismo tiempo estamos definiendo los dos polos entre los que se mueve este arte, que los reconcilia con fortuna de varias formas y con diversos estilos, cada uno de los cuales muestra un equilibrio gráfico perfecto y tiene una validez sólidamente establecida pues una de las características propias de la caligrafía arábiga es que ninguno de sus diferentes estilos, nacidos en periodos distintos ha caído jamás en desuso: la caligrafía los utiliza todos ellos según la naturaleza y el contesto de lo que se escribe y no duda, llegado el caso, en reunir inscripciones de estilos opuestos.
.

Este carácter multiforme de la caligrafía árabe podría incitar a la comparación con la del Extremo Oriente – otra de las cumbres en el arte de la escritura -, de no estar los caracteres chinos en las antípodas de los árabes. Como es bien sabido, la escritura china se basa en la pictografía, siendo cada signo como la imagen de una idea distinta; la árabe, por el contrario es puramente fonética, tal vez la que más de todas las que existen.
.

Esto significa que la estilización de las letras arábigas es de un carácter completamente abstracto, sin raíz figurativa alguna. Además, las técnicas que se emplean para los respectivos tipos de escritura son totalmente distintas. La escritura del Extremo Oriente, sea japonesa o china, prefiere el pincel, cuyos toques de delicadeza y vigor variables se equilibran en la composición de cada ideograma; el árabe, empero, utiliza el cálamo – caña cortada con una punta doble – con el que traza líneas precisas y con frecuencia entrelazadas; no tiende a aislar los signos, sino que prefiere integrarlos en un ritmo continuo sin que, pese a ello, se alineen en un mismo plano trazos diferentes. En realidad, todo el encanto de la caligrafía arábiga reside en el modo en que es capaz de combinar la forma específica de cada letra con la fluidez del conjunto. el movimiento de una teogonía que desciende del cielo a la tierra. La escritura arábiga, por su parte, sigue la horizontal, el plano del devenir, mas comienza por la derecha, que es el campo de la acción y se mueve hacia la izquierda, la región del corazón; representa, por tanto una progresión de lo exterior a lo interior.
Extracto de: “El Arte del Islam” – Titus Burckhardt

Recomendamos también “Los calígrafos del Oriente musulmán” , Cl. Huart
Ediciones de la Tradición Unánime.
.




Breve Biografía de Titus Burckhardt (1908-1984)

T. Burckhardt nació en Florencia y falleció en Lausana. Fue, con René Guénon y Frithof Schuon, uno de los más eminentes representantes de la escuela del pensamiento tradicional, cuyos principios aplicó en importantes estudios sobre metafísica pura así como sobre cosmología, simbolismo y arte tradicional y sagrado. Sus diversos viajes por el mundo árabe-musulmán y sus largas estancias en Marruecos (donde vivirá 30 años) le proporcionaron un conocimiento de primera mano del mundo islámico, reflejándose en sus estudios sobre el arte musulmán. Profundo conocedor de la espiritualidad islámica, (abraza el Islam bajo el nombre de Sidi Ibrahim), fue asimismo traductor de algunos de textos esenciales del Sufismo. Destacamos las siguientes obras: El Arte del Islam, Esoterismo Islámico, Alquimia y sus tres libros sobre Fez, Siena y Chartres. Escribió numerosos artículos sobre temas de simbolismo y arte tradicional.
.
.
.



.
.
.

.

.


.

.


.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.




.
.
.



.
.
.

.
.
.











.

.

.

.

.

.

.

.

.