CONDICIONES INTERNAS DELA ORACION RITUAL. IMAM AL GHAZZALI.


Bismillahir Rahmanir RahimEn el Nombre de Dios, Clemente, Misericordioso



El Salat se debe observar con humildad en el corazón. Allah dice: “Reza para Recordarme”. El aplomo es opuesto a la alteración o desatención. Si alguien está desatento durante todo el Salat, ¿cómo puede realizarlo con el propósito de recordar a Allah?
Allah dice: “No seas uno de los desatentos. El Salat es modestia y humildad”.
El Profeta (saws) dijo: “Si un hombre no se abstiene de los pensamientos obscenos y malignos, no aumenta sino su cansancio”.
Hay dos clases de Salat en un hombre desatento. El Profeta (saws) dijo: “Hay muchos hombres que rezan y no consiguen nada en su Salat salvo fatiga y esfuerzo”.
Mencionando el tipo de salat que realiza alguien desatento.
En el Salat hay Dhikr (recuerdo) de Allah, recitación de Corán, inclinación (ruku´), prosternación (Suyud) y también posición de sentado (Yulus) y de parado (Qiyam) pero sin el Dhikr de Allah en el salat este se limitaría a simples posiciones del cuerpo y al sonido que sale de nuestras bocas al recitar Corán, el recuerdo de Allah es el objetivo principal, es el corazón del Salat.
El objetivo del ayuno es tener bajo control al vientre y a las pasiones mundanales, sin este objetivo el ayuno seria simplemente privar al cuerpo de la comida y la bebida. El cuerpo es probado por las molestias e incomodidades durante la peregrinación (Haÿÿ).
Al pagar el Zakat inclusive el objetivo es recordar a Dios. Si ese objetivo no se consigue, el Salat no sirve, ya que es muy fácil mover la lengua con desatención. El objetivo de la recitación del Corán y el recuerdo de Dios es para alabar y glorificar a Dios, Suplicarle e Invocarlo con humildad, pero si su mente permanece ausente en ese momento y no sabe que Él está presente con aquél que le está invocando, se entiende que su lengua sólo se mueve por costumbre pero está lejos del objetivo del Salat para vivificar el recuerdo de Allah y con eso hacer firme el lazo de fe.
Sufyan At-Tawri (ra) dijo: “El Salat de alguien que no teme a Allah es vacío sin sentido”.
Hasan al-Basri (ra) dijo: “El Salat que no es realizado con atención solo apresura el castigo”.
El Profeta (saws) dijo: “Hay muchos hombres que rezan pero cuyos Salat solo son escritos (o se tienen en cuenta para una recompensa) en una sexta o decima parte”.
En otras palabras, sólo se escribe (para ser recompensado) la parte del Salat que se dice con atención. Es aceptada la parte de la Salat que se dice con humildad. Este es el consenso de opinión de los sabios
La humildad, el entendimiento de aquello que se recita, el pudor, la esperanza en que ese Salat sea aceptado, la sumisión y el temor a Allah, y el arrepentimiento son pilares fundamentales del salat, son lo que vivifica al Salat.
Realizar el salat con humildad, consientes del echo de que estamos de pie ante Allah, que la acción y la palabra estén pura y exclusivamente dedicados al recuerdo de Allah sin distracción alguna sin otro pensamiento. Cuando en el corazón solo reside la conciencia de que estamos adorando a Nuestro creador se convierten en su adorno la humildad y el aplomo. Dejaremos de lado todo pensamiento de este mundo, teniendo presentes el próximo, pues éste mundo es una residencia puramente temporaria e insignificante.
Debemos tener pleno conocimiento de las palabras pronunciadas y ocupar nuestro intelecto en la comprensión de sus significados.
El temor de Allah (Taqwa) surge del conocimiento de dos cosas, la primera de ellas es el reconocer plenamente la Gloria de Allah. Esta es la raíz de la fe, porque no se le da estímulo para Honrarlo a aquél que no cree firmemente en Su Gloria. La segunda es el conocimiento de que uno mismo esta desamparado y es insignificante ante Allah, reconocerse dependiente del Real Sustentador. Conociendo estas dos cosas surgen en el corazón del hombre el desamparo, la modestia y el temor a Dios.
El temor a Allah surge del conocimiento del poder de Allah, Sus recompensas y castigos. Debe tener conocimiento de que si Allah hubiera destruido todo el pasado y el presente, no se hubiera reducido nada de Su soberanía. Mayor es el conocimiento de Allah, más es el temor a Él.
Debemos tener esperanza en Allah, la misma surge de la fe firme en la Misericordia de Allah y el conocimiento de Su creación y el recuerdo del Paraíso a través del Salat.
El pudor surge a su vez del reconocimiento del propio descuido y la negligencia en el servicio divino y la incapacidad para luchar por Allah.
Por esta razón Hz. Aisha (ra) dijo: “El Profeta solía sentarse a hablar con nosotros y cuando llegaba el momento del Salat, parecía como que no nos reconocía pues comenzaba inmediatamente a Glorificar a Allah”-
Se narra que Allah le dijo a Musa (as): “¡Oh, Musa!, cuando quieras Recordarme, Recuérdame de tal manera que tus miembros tiemblen, Anhélame en el momento de Recordarme y descansa satisfecho, complacido. Cuando Me recuerdes, Cuando estés ante Mí, sitúate con un corazón temeroso, como el esclavo más ruin y Háblame con la lengua de un hombre verídico”. Luego Allah ordenó: “Dile a tus seguidores desobedientes que Me recuerden. Tomo juramento Conmigo Mismo de que recordaré a aquél que Me recuerde”.El creyente será perdonado en el Día del Juicio según estas cualidades de su corazón y no las de su cuerpo. Nadie conseguirá la salvación salvo aquél que llega con un corazón puro.
Cuando escuches el llamado a la oración, reflexiona acerca del llamado que tendrá lugar en el Día de la Resurrección, el llamado de nuestro Señor para rendir cuenta de nuestras acciones, analiza cada uno de tus asuntos externos e internos y considera cual seria el resultado del computo. Cuando escuches el llamado a la oración respondes a el de prisa.
Cuando limpies el lugar donde vayas a rezar y al purificar tu cuerpo mediante el wudu no dejes de lado la purificación de tu corazón. Purifícalo de todo pensamiento incorrecto hasta donde te sea posible. Arrepiéntete de todo lo incorrecto que has echo y decídete a no hacerlo en el futuro. Purifica tu corazón pues es lo que tu Señor observa.
Cubre tus partes privadas de la vista de los hombres. Allah observa directamente tu corazón y sabe que nada que resida en el está oculto a la vista de Allah. Arrepiéntete, ten temor de Allah, avergüénzate por todas tus desobediencias. Ponte de pie ante tu Creador como un esclavo fugitivo que volvió a su amo arrepentido.
Dirige tu rostro hacia la Ka´aba con la intención de dirigir tu corazón hacia Allah, El Profeta (saws) dijo: “Cuando un hombre está de pie en el Salat y dirige su esperanza, su rostro y su corazón hacia Allah, al concluirlo, su estado es el mismo que tenia en el día en que su madre lo dio a luz”.
Cuando tu lengua pronuncie Takbir, no dejes que tu lengua pronuncie una mentira. Tu corazón debería corresponder con tu lengua al declarar que Él es el más grande. Si tienes algo en mente que es más grande que Allah, Él atestiguará que eres un mentiroso.
Ponte de pie ante tu creador para luego inclinarte (Ruku´) sometiendo tu corazón a quien te ha traído a la vida. Inclina tu cabeza pues en realidad lo que inclinas es tu corazón libre de toda vanidad y orgullo. Sabe que estás parado delante del Rey Majestuoso el Señor del Trono Sublime.
Promete firmemente que responderás las órdenes de Dios a través del Salat, trata de perfeccionar este acto de adoración y ten una intención clara y sincera. Se consiente de que estas hablando íntimamente con tu Señor, observa como te diriges a Él y cuales son los asuntos y las cuestiones que Le presentas. En este preciso momento el sudor debería correr por tu frente, tu cuerpo debería comenzar a temblar por temor a Él y el color de tu rostro debería cambiar.
Considera el momento en que te encuentres recitando el Corán durante el salat. Debo informarte que los hombres en ese momento son de tres clases: el que mueve su lengua recitando el Corán pero su corazón está desatento, aquel que mueve su lengua y su corazón confirma aquello que la lengua recita, este es el rango de los afortunados, y por ultimo aquél cuya lengua es esclava del corazón y cuando recita solamente esta manifestando lo que en su corazón reside, entendiendo primeramente el significado de lo que esta recitando.
Cuando digas: “En el nombre de Allah el Clemente el Misericordioso” busca primero el favor de Allah y Su complacencia. Cuando digas: ‘(Tú eres) el Señor del Día del Juicio,’ entiende luego que no hay soberanía salvo la Suya, y teme Su juicio. Expresa tu condición de desamparo al decir: ‘A ti te adoramos,’ y entiende que la realización de todo acto de adoración solo se nos facilita por Su ayuda.
Se dice que cuando Zarrah ibn ´Auf (ra) terminó de recitar: “cuando la trompeta sea tocada”, cayó sin conocimiento y murió. Cuando Ibrahim Nahyi oyó el versículo: “cuando el cielo se parta” comenzó a temblar seriamente. Así que lee el Corán lenta y atentamente para que te sea fácil entenderlo. El Profeta (saws) dijo: “Allah esta con quien reza mientras que no mire de un lado a otro”.
Ya que es tu obligación proteger tu corazón y tu mirada, también te es obligatorio abstener tu mente durante el Salat de todo pensamiento que no sea “Él”.
Cuando mires distraído hacia cualquier otra cosa, recuerda que Allah ve tu condición. Mantén en tu mente el temor a Allah. Hz. Abu Bakr (ra) solía permanecer inmóvil de pie en el Salat como una estatua. Algunos solían quedarse en Ruku como una piedra inmóvil, de tal manera que los pájaros se posaban en sus cabezas.
El Profeta (saws) dijo: “Recen como si fuera su ultimo Salat, el salat de despedida, teniendo el corazón lleno de temor y apocamiento por tus defectos al realizar el Salat, ten temor de que tu Salat no sea aceptado y que tus pecados ocultos y manifiestos serán arrojados en tu cara. Las puertas del cielo se abren para un hombre piadoso y Allah se enorgullece por este hombre delante de Sus ángeles. Así que las puertas del cielo se abren para él y el rostro de Allah llega ante el suyo”.